Pública

La actividad escogida para esta primera PEC de diseño centrado en las personas es el mercado del agricultor del lugar en que vivo, puesto que podré frecuentar todos los fines de semana que es cuando está en funcionamiento y poder hacer una observación que se adecue a lo que se nos pide.

Creo que dentro de las actividades enmarcadas dentro de la cadena alimentaria los mercados son un punto referente en un momento de la historia donde apostar por la proximidad está a la orden del día. También porque me parece un buen espacio para rediseñar, ya que, en grandes núcleos o ciudades suelen tener una estética determinada pero en el mío en concreto, la estética va ligada a la sencillez, a la cultura propia de las islas Canarias donde los recursos en antaño eran escasos y, en concreto, a un tipo de población que se ha dedicado durante generaciones al tomate o el plátano y que intentan sobrevivir con sus producciones a los grandes gigantes alimentarios y a las grandes superficies de supermercados.

La facilidad de interacción es uno de los motivos por los que también me he decidido por un mercado. Considero que la cercanía que te dan los mismos, las posibilidades de conocer la realidad de personas que trabajan directamente con un producto que no solo comercializan allí, si no que también producen y venden a otros proveedores hace que la experiencia sea más rica, más completa. Al mismo tiempo que te permite interactuar con el entorno o mobiliario realizando las pruebas que sean necesarias para llevar a cabo un rediseño más realista.

En cuanto a cómo está redistribuido el espacio, lo más molesto o menos atractivo son los puestos en sí mismos. Por un lado porque no son nada atractivos y esto, a veces, juega un papel determinante a la hora de exponer el producto e invitar al consumidor a mirar; y, por otro lado, porque los pasillos que hay entre los puestos muchas veces imposibilitan la fluidez del tránsito bien porque se forman colas o existen aglomeraciones.